es Dios quien te hace feliz. Sé que muchos habéis escuchado el hermoso solo que
termina diciendo: “Dios es, saberlo es suficiente”. Aboga por el caso a favor de la
felicidad con absoluta convicción de que la simple presencia de Dios es suficiente
para producir gozo y felicidad. Cuando me encuentro tentada a expresar algo que
no sea gozo, abro Ciencia y Salud por la página 520: 2-4
“La Mente insondable
conmovedor contemplar la profundidad del Amor, la anchura del Amor, la altura
del Amor, el poder del Amor, la majestad del Amor y la gloria del Amor infinito
llenando todo el espacio. Y después me pregunto “¿Es esto bastante para
hacerme supremamente feliz?” Entonces tengo que admitir que ¡ciertamente lo es!
Es magnífico que nuestra felicidad no puede estar limitada ni restringida por
las circunstancias humanas. Nuestro gozo no depende de si ganamos un auto o
no, o si conseguimos aquel apartamento, o si nos casamos con aquella persona, o
si ganamos las elecciones, o recibimos esa herencia, u obtenemos ese aumento
de sueldo, o experimentamos esa curación. No, nuestra felicidad depende
únicamente del hecho que Dios es. Por esta razón, nuestro gozo y felicidad jamás