Esto tiene que ver con cómo mi gesto de comprarle un boleto aéreo a mi padre, su primer viaje, trajo un torbellino de emociones y pude darme cuenta cuánto damos por sentado en lo que respecta a nuestros progenitores.
Mis padres salieron para nuestro pueblo natal el jueves y fuimos al aeropuerto para despedirlos. De hecho, mi padre, quien se jubiló del servicio en el gobierno indio, nunca había viajado por aire antes, así que tomé esta oportunidad para hacer su experiencia maravillosa. A pesar de pedírseme comprar boletos por tren, les compré boletos en la aerolínea local.
El momento en que le entregué los boletos, se sorprendió de ver que eran para avión. El entusiasmo era muy evidente en su rostro, esperando el momento de volar. Como un muchacho de edad escolar, se preparaba para ese día.
Todos fuimos al aeropuerto juntos, incluyendo el llevar su equipaje en el carrito, el registro del mismo pidiendo una silla con ventana y esperando pacientemente la revisión de seguridad.
Él lo estaba disfrutando a plenitud y yo también estaba sobrecogido de gozo al verlo experimentar todas estas cosas.
Tan solo porque sean viejos no significa que tengan que renunciar a todo y continuar sacrificándose por sus nietos también.
Ellos tienen deseos también.
Venkatesh Balasubramanian, 2006
Por qué hoy no pensamos en ellos y les hacemos realidad alguno de sus sueños?
Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía?. Genésis 43:27.
Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Levítico 19:32.