CAMILA
Había una vez una gatita llamada Camila, vivía en el granero de una casa, en donde habían otros animales perros, caballos, vacas, chivos, los cuales siempre la pisoteaban y golpeaban, burlándose de ella, le hacían la vida imposible. Un día uno de los niños de la casa agarró una cuerda y amarró a Camila por el cuello, jugó un largo rato hasta que se canso y luego la lanzó a un profundo hueco. Dos días pasó Camila maullando, tratando de salir del oscuro orificio, cansada, agotada y sin fuerzas, se dejó caer desfallecida al piso, pensó que le había llegado su hora, pero de pronto vio pasar a su lado a un pequeño ratón y casi agonizando Camila le pidió ayuda: ¡Por favor amiguito, ayúdame a salir de aquí, estoy a punto de morir!. El ratón detuvo su marcha y sorprendido le respondió: ¡No puedo creerlo, tu una altiva gatita pidiéndole ayuda a este humilde ratón!. Haciendo un supremo esfuerzo Camila exclamó: ¡Disculpe amigo ratón, entiendo que algunos seres de mí especie, les han hecho a ustedes mucho daño, pero yo no soy igual que ellos, sólo quiero que me ayude a salir de aquí, le estaré eternamente agradecida!. Al escuchar aquellas sinceras palabras y viendo el estado de la agotada gatita, el ratón se ofreció para ayudarla, apoyándola sobre su hombro la llevó hasta una abertura en el barranco por donde lograron salir a la superficie, luego caminaron un largo trecho hasta que por fin llegaron a la cueva del ratón, allí Camila fue atendida y alimentada por la familia del ratón hasta que se recuperó totalmente. La semana siguiente Camila se dispuso a marcharse de la cueva, dio las gracias por la ayuda recibida, el ratón muy amablemente se ofreció para acompañarla hasta el bosque, jugando y correteando entre los árboles llegaron hasta un lugar en donde avistaron una casa, Camila pensó que había encontrado un nuevo hogar, estrechando la mano del ratón se despidió agradecida pero no había caminado veinte metros cuando escuchó unos gritos de auxilio, angustiada corrió hacia el lugar y observó como un grupo de seis enormes gatos tenían acorralado a un pequeño ratón, inmediatamente Camila se percató que aquel indefenso ratón era su amigo, quien le había salvado la vida, sacando fuerzas y valentía, la gatita corrió y se interpuso en medio de los embravecidos y hambrientos gatos y les dijo las siguientes palabras: ¡Oigan amigos deténganse por favor, si quieren hacerle daño a mí amigo ratón, tendrán que pasar primero por encima de mí cadaver, les diré que él me salvo la vida y le estoy muy agradecida!. Los feroces gatos quedaron sorprendidos por el arrojo y valentía de aquella hermosa gatita y el gato mayor que fungía de jefe les dijo a sus demás compañeros: ¡Escuchen señores, estamos frente a una hermosa dama y si ella dice que este ratón le salvo la vida, debemos respetarlo y dejarle que se marche!. Los enormes gatos se retiraron a su guarida mientras el asustado ratón corrió y abrazó a Camila agradeciéndole lo que había hecho por él. Para prevenir otra situación, Camila decidió acompañarlo hasta el bosque para que regresara sano y salvo a su hogar, luego la gatita regresó a la casa y allí los gatos la consintieron y mimaron ya que por ser la unica dama, la aceptaron como la reina de todos ellos. De vez en cuando Camila se escapa de su nueva casa y se interna en el bosque para ir a visitar la cueva de su amigo ratón, desde entonces nació entre ellos una sincera y larga amistad.
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