Nocturno de tu boca
Hay lunas en la sombra que vienen del silencio. Lunas de sólo sed que me celan besándome. Lunas que el espejismo de vivir me dejaron para siempre empapado de verdades tan húmedas, y tan fieras, como la antigua sombra del cuerpo sobre el cuerpo en los ríos de la gloria.
Ven y dame la luna-profecía de tu boca. Su humedad tan secreta que la vida la sueña.
Su pulpa bendecida por todas las campanas del ayer.
Ah, tu boca, lentísima como el tiempo en las horas primeras del olvido. Bajando a las raíces como buscando lluvias, subiendo a los dinteles del día enarbolado por la mano del día.
Entre todas las lunas -espejos de las vidas- las lunas que un instante de niebla son verdad porque el beso las finge para siempre perfectas.
Entre todas las lunas que en la noche se mecen, agoreras, voladas y anunciando su lenta pasión contra el olvido.
Entre todas las lunas, yo prefiero y escojo, aquí junto a los mares que me ignoran soñándome; yo prefiero la luna de espejos infinitos de tu boca y tu boca enfrentando la copa del olvido del mundo.
Que besar es un viejo ejercicio de asombros, que heredamos de todas, tantas fugas vividas... Y tú besas. Tu boca besando dice «dime la verdad vencedora de los besos del tiempo».
LAUREANO ALBÁN ( Costa Rica, 1942 )
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