Para robarse un corazón es preciso efectuarlo con mucha habilidad, tenemos que hacerlo despacito, disfrazadamente, sin llegar con ímpetu, no se alcanza el corazón de alguien con prisa. Tenemos que aproximarnos con medias palabras, suavemente, apoderándonos de él poco a poquito, con cuidado. No podemos dejar que se percaten de que será robado, en realidad, tendremos que hurtarlo dulcemente.
Conquistar un corazón realmente da trabajo, requiere paciencia, es como si se fuera a tejer una colcha de retazos, ponerle encaje a un vestido, cuidar un jardín, cuidar a un niño. Es necesario hacerlo con destreza, con voluntad, con encanto, cariño y sinceridad.
Para conquistarse un corazón definitivamente hay que tener valor y vivacidad, pero no hablo de esa vivacidad que todos conocen, hablo de la vivacidad de sentimientos, de aquella que existe guardada en el alma en todos los momentos.
Cuando se desea realmente conquistar un corazón, es necesario que antes hayamos podido conquistar el nuestro, es preciso que lo tengamos explorado en sus mínimos detalles, haber conseguido conocer cada rinconcito, entender cada espacio lleno y aceptar cada espacio vacío.
... Y entonces, cuando finalmente aquél corazón sea conquistado, cuando nos hubiéramos apoderado de él, existirá una parte de alguien, que seguirá con nosotros. Una mitad de alguien que será guiada por nosotros y nuestro corazón comenzará a latir gracias a ese otro corazón.
Sufrirán altas y bajas, es cierto, pero con seguridad tendrán instantes, millares de instantes de alegría.
En muchas ocasiones latirá descompasado ¿Y sabes por que? Faltará la mitad de él que todavía no está junto a nosotros.
Hasta que un día, cansado de estar dividido por la mitad, ese corazón llamará a su otra parte y alguien por voluntad propia, sin que necesitemos robarla o hurtarla nos entregará la mitad que faltaba.
... Y así es como se roba un corazón. ¿Fácil no es cierto? Pues sí, solo necesitamos robar una mitad y la otra vendrá a nuestras manos ¡Entonces quedará consumado el robo !
... Y si en algún momento llegase la hora de partida, las cosas van a complicarse, alguien tendrá que irse sin su corazón, pues quien lo robó no aceptará hacer la devolución.
Van a intentar negociar, sobornar, chantajear, tantas cosas... Pero el ladrón no cederá, no podrá existir la devolución porque un corazón se consolidó junto al otro y estarán en un rinconcito impenetrable que nadie conseguirá alcanzar.
Y a eso se debe que por la vida encontramos tantas personas declarando que nunca más conseguirán amar a alguien... es muy simple... lo que pasa es que ya no poseen un corazón, les fue robado, arrancado de su pecho, secuestrado, hurtado... y jamás quien se lo llevó aceptó hacer la devolución, ni siquiera... ¡Con orden de aprehensión !!!
Éste texto está dedicado a todas las personas a quienes en algún momento de su vida les fue robado el corazón y nunca más consiguieron recuperarlo.
... Y así es como se roba un corazón. ¿Fácil no es cierto? Pues sí, solo necesitamos robar una mitad y la otra vendrá a nuestras manos ¡Entonces quedará consumado el robo !
... Y si en algún momento llegase la hora de partida, las cosas van a complicarse, alguien tendrá que irse sin su corazón, pues quien lo robó no aceptará hacer la devolución.
Van a intentar negociar, sobornar, chantajear, tantas cosas... Pero el ladrón no cederá, no podrá existir la devolución porque un corazón se consolidó junto al otro y estarán en un rinconcito impenetrable que nadie conseguirá alcanzar.