"Todas las religiones han predicado el ayuno como ejercicio de purificación. Pero el ayuno no debe ser únicamente comprendido en el plano físico. Si las impurezas se depositan en el cuerpo físico en forma de transtornos físicos, un ayuno físico podrá eliminarlas. Pero las impurezas también pueden instalarse en el cuerpo astral y en el cuerpo mental en forma de sentimientos y deseos bastos, pensamientos y juicios erróneos. Porque estos pensamientos, estos sentimientos y estos deseos son entidades tenebrosas que obligan a los humanos a absorber ciertos alimentos que necesitan. En efecto, los pensamientos, los sentimientos y los deseos son entidades vivas. Para librarse de estas entidades, el hombre no debe darles de comer, es decir debe esforzarse no sólo en evitar pensamientos y sentimientos inferiores, sino también substituirlos por pensamientos y sentimientos puros y luminosos. Si les priva de su alimento, hará ayunar a estas entidades que, sintiéndose amenazadas de morir de hambre, le abandonarán. He aquí cómo también debemos comprender el ayuno, transponiéndolo a los diferentes planos."
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