Los niños de hoy necesitan con desesperación padres que:
…jueguen a tirar y agarrar la pelota, disfruten las reuniones de té o luchen porque el corazón de un niño está allí y partan a conquistarlo.
…rían hasta que les duela el vientre y las lágrimas caigan de sus ojos mientras en secreto crean profunda amistad y recuerdos que duren toda una vida.
…cometan errores pero considérenlos oportunidades maravillosas para aprender.
…coloquen en la agenda de su vida un concierto preescolar desafinado o un juego de pelota de niños de diez años, porque son de un infinito valor para aquellos que participan en ellos.
…amen en todo momento, porque el amor es un don dado libremente y no una recompensa por buenos servicios.
…escuchen mirando a los ojos y con ambos oídos, incluso cuando esto signifique arrodillarse sobre una rodilla.
…admitan cuando estén equivocados y trabajen para arreglar las cosas.
…escuchen de los necesitados y digan: ¡Hagamos algo para ayudarlos, ahora mismo! y activen un fuego incontrolable de generosidad y bondad.
…den el crédito a los demás y otorguen poder a los que impacten para que tengan éxito en todo lo que hagan.
…modelen el amor como acción, compromiso y verdad, incluso cuando duela porque crean que Dios puede obrar milagros aun en el corazón más duro.
…amen al Señor con todo su corazón, alma y mente, y sepan que el resto es solo detalles.
El corazón de cada niño late al ritmo del amor del padre.