Madre, ha muerto el piyayo!!!!!!
Aquel viejecito renegro
receso de pelo blanco y risao
como vellón de cordero,
aquel que pedía por los caminos
para dar de comer a sus 4 nietecillos
porque una mala hija no quiso saber de ellos
y el hombre siempre pidiendo
por bares, tabernas, colmados y paseos
siempre le daban porque ya lo conocían.
Era una buena persona, muy honrao y cabal
le daban pan, pescao y algunas cosillas más
y siempre le decía a sus nietos:
-Comeos el pescao muy bien remasticaito
que las raspas también se comen
que eso tiene mucho calcio y vitaminas.
El hombre siempre de bromas
pero se su pensamiento
no se le olvidaba el momento
de que su hija volviera
para hacerse cargo de sus nietos
antes de que él faltara.
Si oyes doblar las campanas
no preguntes quien se ha muerto
porque a ti te lo dirá tu remordimiento
si oyes doblar las campanas
no preguntes quien se ha muerto.