Yo he vivido mi vida: si fue larga o fue corta, si fue alegre o fue triste, ya casi no me importa. Y aquí estoy, esperando. No sé bien lo que espero, si el amor o la muerte, -lo que pase primero.
Algo tuve algún día; lo perdí de algún modo, y me dará lo mismo cuando lo pierda todo. Pero no me lamento de mi mala fortuna, pues me queda un palacio de cristal en la luna, y por andar errante, por vivir el momento, son tan buenos amigos mi corazón y el viento.
Por eso y otras me deja indiferente, aquí, allá y dondequiera, lo que diga la gente. ?¿Trampas?? Pues sí, hice algunas; pero, mal jugador, yo perdí más que nadie con mis trampas de amor.
?¿Pecados?? Sí, aunque leves, de esos que Dios perdona, porque, a pesar de todo, Dios no es mala persona. ?¿Mentiras?? Dije muchas, y de bello artificio, pero que en un poeta son cosas del oficio. Y en los casos dudosos, si hice bien o mal, ya arreglaremos cuentas en el Juicio Final.
Eso es todo. He vivido. La vida que me queda puede tener dos caras, igual que una moneda: una que es de oro puro ?la cara del pasado? y otra ?la del presente? que es de plomo dorado.
Por lo demás, ya es tarde; pero no tengo prisa, y esperaré la muerte con mi mejor sonrisa, y seguiré viviendo de la misma manera, que es vivir cada instante como una vida entera, mientras siguen andando, de un modo parecido, los hombres con el tiempo y el tiempo hacia el olvido.
JOSE ANGEL BUESA
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