RIMAS SAGRADAS
3
Entro en mí mismo para verme, y dentro hallo, ¡ay de mí!, con la razón postrada, una loca república alterada, tanto que apenas los umbrales entro.
Al apetito sensitivo encuentro, de quien la voluntad mal respetada se queja al cielo, y de su fuerza armada conduce el alma al verdadero centro.
La virtud, como el arte, hallarse suele cerca de lo difícil, y así pienso que el cuerpo en el castigo se desvele.
Muera el ardor del apetito intenso, porque la voluntad al centro vuele, capaz potencia de su bien inmenso.
Lope Félix de Vega y Carpio
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