Tú hombre de cabello corto, quisiste conquistarme como
es tu costumbre, te gusta envolver a las mariposas con
delicados hilos, que se sientan seguras como en su capullo,
para después poco a poco jalar el hilo y matarlas,
cazador de mariposas te han apodado, por ese juego tan
sucio y vil al que te has dedicado, no te importa acabar
con un ser tan especial, debo confesar que eres muy hábil,
pudiéndome enredar como a las demás…
Intentaste con todas tus armas, y por un momento creí que
lo lograste, tu también dabas por ganada esta guerra,
pero había una cosa que ni tu cazador invencible, que ni yo
mariposa siempre libre, contemplábamos: estás bajo una
sombra que te cubre por completo, hasta el más recóndito
de tu ser, es la sombra de ese amor que me dejo marcada,
la sombra de ese hombre que revive en ti…
En cada palabra que pronuncias, en cada gesto que haces,
esta su sombra, me he dejado envolver no por ti, sino por su
sombra que me persigue, que hasta ahora no me ha dejado.
Colaboración de Meli-19
México