¿Ves acaso la luna tan cercana? ¿notas el aroma de las mieses segadas,? ¿sientes la grandeza del bosque? aquellos dulces trinos y esas flores varias, murmullos de la fuente el río y sus cascadas.
¡Cuan grande es tu ceguera! pues sólo estas aún, de ti enamorada.
Sal al aire y aspira su pureza besa la flor...sin arrancarla entera, hunde tus pies en esas aguas frescas y cuando al fín el alma vibre plena, ofrécele tu frente al polvo de la tierra.
Y entonces, criatura, y sólo entonces se hará la luz en toda tu conciencia, y arrojada la venda de tus ojos disfrutarás...disfrutarás de toda esa belleza.
DE LA RED
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