Llora la noche, llora
Llora la noche, llora; suspiros de desencuentros, en el silencio de solitaria, noche de invierno.
El amor aun no ha llegado, y en Dios se vuelve la espera, impredecible en el tiempo, en la pequeña iglesia.
Ora en solitaria noche, mira en el solitario día, y es en la certera búsqueda, que la oración es respondida…
Pero las formas son extensas, en que Dios una oración contesta; y a veces no está la espera y el buscar en la oración certera.
Entonces el alma se extravía, queriendo hallar la compañía... Hoy llora el cielo, llora… al igual que una persona.
A su corazón no lo ha aguardado, y su corazón también llora, porque de la iglesia se ha apartado… ¡por la búsqueda desesperada!
Me gustaría entre versos, dejarte joven un consejo: Por el amor no te apartes del amor; búscalo en oración y entre cristianos.
“¿Por qué entre cristianos?” Cuando la pasión termina está la vida cotidiana de largos años. Te sugiero de tu pensar sea tu compañía.
No ignoro de la necesidad de amor, del sentir que pelea en el pecho. En oración y búsqueda tus pasos sean, nunca búsqueda desesperada sin guía.
(Del libro en su tercera edicion "Poesías de un Poeta Cristiano" Autor Javier R. Cinacchi)
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