EL TIEMPO, ESE INTRIGANTE
El tiempo se escuda en los balcones de la vida, nos deja sin sentido del ayer, nos paraliza en un centro de nostalgia y sólo lo vivimos como un hoy petrificado. Nos quedamos adheridos a una historia, despojados de apetitos, de latidos, de sorpresas. El tiempo, ese intrigante, sólo deja traslucir lo que desea. Nos engaña, nos confunde, adelanta el pasado convirtiéndolo en hoy y giramos la rueda sin sentir el futuro, porque está en el pasado, esperando que un día nos quitemos las vendas y dejemos que el tiempo ocupe su lugar, para ver la cordura, del inicio al final.
Beatriz Ojeda
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