El hombre no debe buscar venganza o desquite con quien le ha causado algún daño o perjuicio o fue obligado a hacer algo en contra de su voluntad, sino más bien deberá saber perdonar aunque ello se vuelva a repetir.
No se le debe negar la ayuda a quien pide prestado y mucho menos estando en posibilidad de ayudar.
No se debe guardar rencores en contra de nadie, sino más bien orar por ellos para demostrar amor y no odio para ser dignos hijos de Dios, ya que el Padre ama a todos sus hijos sin condiciones y sin distinción de clase, color, creencia o religión, y nosotros, debemos imitarlo para dar amor y no odio, promover la paz y no la contienda.