Entre sábanas mojadas han hablado nuestros cuerpos un idioma diferente, al común de las personas.
Un lenguaje que solamente nuestros cuerpos sudorosos lo han podido establecer.
¿Es acaso que en mi pecho existe otro léxico que va más allá del amor?
¿O talvez, que tus gemidos sobrepasan toda percepción del oído humano?
Tus caricias me elevan en un viaje, al paraíso celestial, donde mi lujuria por tí desbordante puede mostrarse tal cual.
Tu sien apoyada aquí en mi pecho puede escuchar mi latido acelerado de líbido envolvente... al que tu cuerpo se ha enlazado.
Nuestras piernas aún unidas tiemblan de placer y de frescura, pues minutos antes brotaron destellos fulgurantes de pasión entre nosotros.
Entre sábanas mojadas, nuestro pudor hemos olvidado... nos entregamos a este amor repentino, que ardió, entre las brasas de una cama...
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