CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
(Para el primer día domingo)
Santísima Virgen María, toda Inmaculada:
Me consagro a ti y pongo entre tus manos toda mi existencia. Acepta mi presente con todo cuanto hay en él. Acepta mi futuro con todas sus posibilidades.
Quiero en esta consagración entregarte todo cuanto soy y tengo, cuanto he recibido de Dios... Te entrego mi inteligencia, voluntad y corazón.
Coloco entre tus manos mi libertad, mis anhelos, temores y esperanzas, tristezas y alegrías. Protege mi vida, vela por mis acciones, a fin de que, siendo fiel a Dios, pueda con tu ayuda alcanzar la salvación.
Te consagro mi cuerpo y mis sentidos, a fin de que, evitando el pecado me libre de la eterna condenación. Te consagro mi cuerpo y mis sentidos, a fin de que se conserven puros y me ayuden a practicar la virtud. Te consagro mi alma a fin de que la preserves del mal. Hazme participar en una Santidad como la tuya; hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.
Te entrego mi niñez, mi entusiasmo y ardor juvenil; mis estudios, mi vida adulta, mi trabajo y mi ancianidad. Que no envejezca nunca en la vivencia de la FE. Te entrego mi capacidad y afán de amar, enséñame a amar como has amado y Jesús quiere que ame.
Santísima Virgen María: Soy todo tuyo y cuanto tengo, tuyo es. Ampárame y protégeme como Hijo (a) y posesión tuya. Oh María Virgen Purísima: Líbranos de la inundación del pecado y resucita en nosotros el amor a la pureza. Amén.
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