|
EL SILENCIO DE UNOS OJOS
Qué me dicen tus dulces ojos negros, tan cargados de sombras, ¡oh, adorada! que en la noche me basta su recuerdo para llenar mi corazón de lágrimas.
Qué me dicen tus dulces ojos negros, en su silencio lleno de palabras tan leves, que el oído nunca advierte cuando se adentran en mi oscura entraña...
Tal dos aves que buscan su refugio en un agrio peñón de oculta playa, y en su áspero nidal, en vez de cánticos alzan al cielo súplicas calladas.
Fabio Fiallo
|
|
|
|
|
|
|
|