
VIENTOS DE LA VIDA
Ayer soñé, que iba montado encima de un caballo blanco, que cabalgaba hasta mi ocaso.
El viento soplaba la rama, el final de la tarde mustia cuando mi vida sacudía.
¡Pues nunca te olvides viajero ya que el existir es efímero, y nada importa ser primero!
Ya que el existir y el morir, sólo es un ligero suspiro, que lo causa el haber nacido.
¡Dicen: y muy bien es verdad! Que nuestro tiempo se marchita, para nunca volver jamás.
ANTONIO LARA RODRIGUEZ
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