Dice muchas veces la gente estar solos, sentir que nadie los entiende,
que el mundo está dándoles la espalda, que tal vez ya no podremos más,
sostenerlo y que en cualquier momento doblaremos los brazos, pero hay un secreto
que muchos desconocen, porque a veces por querer vivir el tiempo tan de prisa, nos
cegamos y no lo vemos, por eso por vivir tan deprisa para que los golpes no nos duelan más
de lo que se escuchan, para que el miedo a estar solos no nos provoque frustración,
lo evadimos, entonces ¿en qué momento nos cerremos y negamos estar acompañados de Dios?
¿En qué minuto de nuestra vida lo dejamos?, ¿por qué cuando nos sucede una tragedia nos
acordamos de él sólo para reclamarle?, ¿por qué no agradecerle cuando nos va bien?,
¿qué tenemos que esperar?, en verdad él ama y no castiga como algunos dicen, como es él en
verdad, lo que nunca nos gusta ver es que él es la persona por la cual nos caemos algunas
veces y nos deja enseñanza, es él, el que en verdad nos ayuda a levantarnos, es él, el que nos
manda lluvias no para desbordar ríos si no para que crezcan nuevas cosechas
Todo aquel que piense que Dios hace las desgracias vivirá cegado y alejado de sus brazos porque
muchas veces la persona misma es la que se pone los obstáculos en el camino, por eso te digo
nunca digas que estas sólo, ahí hay alguien ábrele simplemente las puertas de tu corazón y
déjalo entrar, nunca pienses que el mundo te da la espalda, tú eres la que les da la espalda aún
así él está a tu lado, no digas nunca que nadie te entiende…
Él te entiende sólo que a veces lo ignoras. Vive la vida tanto como puedas y cada mañana
dale gracias a Dios que esta a tu lado, sé feliz y no dejes que los problemas puedan más que tú,
dales la cara y enfréntalos que la dicha que vendrá será mejor y aquí tener en mente que vendrán
tiempos mejores. Hagamos una pausa en nuestra vida y analicemos lo que estamos
haciendo de ella, ¿así quieres vivirla?
D/R