EL HIJO PRODIGO
El Hijo Pródigo
Como hijo te avergoncé al irme de tu casa,
Dije que no eras buen padre,
Que mi autosuficiencia bastaba.
Me lance a nuevos rumbos,
Desconocidos, deslumbrantes,
Sin sentido mi dote daba.
Y a lo lejos tu esperabas
A este hijo sin casa.
Por cobardía, por soberbia,
no mire hacia tu casa,
Estaba enceguecido y en el barro me revolcaba.
Miraba los animales que se alimentaban
Y yo solo era una sombra que tu amor
Y tus brazos extrañaba.
Regresare para alimentarme,
No importa que no sea un hijo
Si esclavo me llamas.
No importa si soy siervo
Si puedo vivir en tu casa.
Mi camino de regreso
Doloroso se tornaba
Al ver todas las posabas,
Donde mi alma despojada
Había sido saqueada.
Con caminar apesadumbrado
A tu casa me acercaba,
Con mil argumentos que mi mente preparaba.
Yo no te veía aun,
Pero tu a lo lejos me mirabas;
Reconociste en la sombra al hijo que amabas.
Saliste corriendo y mi camino se acortaba.
Yo lloraba de tristeza, de vergüenza;
Tu de felicidad llorabas.
Esa tarde mis ojos hablaban:
Perdóname! No, no digas nada.
Y un abrazo profundo me estrechabas,
Y en tus brazos mi alma
Sus penas en lagrimas enjugaba.
Al oído me decías: No llores,
Es una fiesta. Tu eres MI HIJO y esta es TU CASA.
anonimo