Claro que existe Dios
A veces temprano en la mañana siento la brisa fresca acariciarme
la cara y siento que es un saludo del Señor.
Escucho a los pajaritos cantar desde un nido y sé que me habla
Dios. Observo tantas maravillas y noto que aunque vaya yo
de prisa el cielo siempre muestra todo su esplendor (para mí que ahí vive mi Dios).
Todo es perfecto aunque a veces tengo miles de problemas
porque las cosas no salen como yo quiero; pero hasta en esto
se que existe Dios.
Porque no existe nadie en este mundo que nos pueda regalar
momentos maravillosos y perfectos como lo hace él.
Para descubrirlo sólo tienes que levantarte tempranito y
en un lugar tu solito observa el amanecer...
Allá por donde sale el sol también lo verás a él.
¡Claro que existe Dios!
Cuando me siento triste me levanto al amanecer a charlar
con mi Dios y me maravillo de todas sus obras y
sé que todo se arregla cuando le busco a él.