Se llama Idil, pesa poco más de 700 gramos y mide 32 centímetros la niña “nacida de la muerte” que conmueve a Italia. Prematura, esta beba hija de una pareja somalí fue traída al mundo ayer a las 11 de la mañana en la sala de terapia intensiva del hospital Santa Ana de Turín, al norte de Italia. Allí, su madre se encontraba clínicamente muerta desde el 26 de agosto pasado, pero conectada a máquinas para que su embarazo siguiera adelante.
En un caso científico y en un drama humano que han dado mucho que hablar, la madre de esta beba diminuta -cuya foto aparece hoy en todos los diarios-, también se llamaba Idil. De 28 años y madre de otros cinco hijos, la mujer había llegado a fines de julio desde Somalia a Turín, donde vive su cuñado, en condiciones desesperadas debido a un tumor en el cerebro.
Sometida a una delicadísima operación el 24 de agosto pasado, dos días más tarde la mujer cayó en un coma irreversible. Los ginecólogos del hospital Santa Ana, sin embargo, al ver que llevaba en el vientre un feto sano, decidieron intentar seguir adelante con su embarazo, manteniéndola artificialmente en vida, con la esperanza de que la pequeña pudiera nacer de la muerte.
Así, conectaron a la mujer, cerebralmente muerta, a un respirador, alimentándola por sonda y dándole inyecciones para controlar su presión sanguínea. Y la beba fue creciendo en el vientre materno, sin sufrimiento, a un ritmo de 200 gramos por semana. Pero ayer, a las 28 semanas de gestación, cuando las condiciones de su madre comenzaron repentinamente a empeorar, los médicos decidieron realizar una césarea y hacer nacer a la beba.
Después del parto, Idil-madre fue desconectada de los aparatos que la mantenían con vida y, luego de las seis horas previstas por la ley, fue declarada oficialmente muerta. Idil-beba, en cambio, se encuentra ahora en una cuna térmica de la terapia intensiva, en condiciones estables.
Aunque harán falta dos o tres meses antes de que pueda salir de la terapia intensiva. “El 90 por ciento de los bebes que nacen en la semana 28 sobrevive, y el 90% de quienes sobreviven crecen sin daños relevantes”, explicó el doctor Claudio Martano.
“Pero aquí nos encontramos ante un caso totalmente distinto, un caso prácticamente único: hablamos de una beba nacida de una madre muerta desde hace un mes. Una mujer conectada a máquinas, alimentada artificialmente, enchufada a respirador, cuyos órganos sin duda sufrieron. El organismo sin vida de la madre puede haber desencadenado en el feto problemas que hoy todavía no conocemos o no podemos ver”, agregó.
Issa Muhyaddin Jimcaala, el padre de la beba “nacida de la muerte”, sin embargo, es optimista. Ayer, luego de acariciar a Idil ?que significa “perfecta” o “completa”-, dijo: “cuando va a ser grande le voy a explicar que está aquí gracias a un milagro”.