Un marido llega a casa con alguna coma de más:
- María, ábreme la puerta.
- Ya vienes borracho.
- No, te traigo un melón, pero ábreme la puerta.
La mujer, muy sorprendida, accede, le deja entrar y pregunta:
- Bueno, ¿Dónde está el melón?
- Sólo me queda una tajá.
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