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ampliar (1 de 2 fotos) | ULTIMOS DETALLES. Antes de sacar a los mineros, los rescatistas medirán la velocidad del desplazamiento de la cápsula. REUTERS
COPIAPO, Chile.- El ministro de Minería Laurence Golborne, afirmó hace instantes que "estamos a dos horas de iniciar el rescate" y ultimando los detalles para acondicionar la cápsula.
Golborne explicó que "aun hay movimientos por definir, debemos instalar el guinche de elevación, por ejemplo".
La cápsula Fénix II que trasladará a los mineros a la superficie está a minutos de introducirse en el fondo de la mina y los rescatistas ultiman detalles para acondicionarla.
La cápsula, de color rojo, con tubos de oxígeno en su interior, es probada una y otra vez por los ingenieros, mientras el presidente de Chile, Sebastián Piñera, sigue de cerca los acontecimientos a pocos metros del lugar.
El rescate está previsto que empiece a las 20, aunque podría hacerlo antes según se termine de acondicionar la cápsula.
Los familiares de los mineros permanecen en el campamento Esperanza, a unos 200 metros de la base del operativo, y seguirán el rescate por una pantalla gigante exclusiva para ellos.
El movimiento de ingenieros y rescatistas es incesante al tiempo que ya fueron encendidas las luces artificiales en todo el lugar.
Atrapados en las entrañas de la tierra
Los 33 mineros atrapados en las entrañas de la tierra, desde hace más de dos meses, comenzarán esta noche a recuperar sus vidas, a abrazar a los seres queridos, a curar las heridas y a dejar sus nombres grabados en la historia.
El mismo país que engendró a personajes como Salvador Allende o Pablo Neruda se ha visto reflejado ahora en los rostros de gente sencilla. Sencilla que se ha vuelto grande.
Se espera que, en minutos más, cada uno de los protagonistas de esta epopeya tome coraje para ingresar a una angosta cápsula que apenas le permita mover sus manos. Entonces, cuando arriba se abra la estrecha puerta enrejada y el primer minero salga de su entierro, en las calles de Copiapó, en el metro de Santiago, en las playas de Iquique y en cada rincón del angosto país, todo será una fiesta.
Desde el refugio caliente y húmedo en el que se encuentran, algunos les han prometido a sus amadas que se van a casar. Otros les ruegan a sus familiares, que no veían desde hace años, que los esperen para siempre. Si hubiesen muerto, tal vez, hoy ya estarían en el olvido. Pero sobrevivieron. Y le demostraron al mundo entero (y a ellos mismos) lo que vale una vida.