¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR EL MUNDO?
Cualquier persona medianamente interesada por el resto de sus semejantes,
se ha planteado en más de una ocasión esta pregunta. En la actualidad, raro es el día en que
las noticias no incitan a cuestionarse el propio comportamiento: ¿cómo puedo seguir llevando
este estilo de vida cuando la gente está muriendo de hambre en Somalía, cuando los habitantes
de un país se matan entre sí, cuando el color de la piel o la carencia de pasaporte es un
estigma que conduce a la muerte, cuando ... ?
Y la respuesta no suele ser otra que una desconsoladora confesión de impotencia.
¿Qué voy a hacer yo frente a problemas de tales dimensiones? Por eso razonamos de la
siguiente manera: no estoy en condiciones de arreglar nada. ¡Falaz razonamiento! Aunque
cueste creerlo, hay que contestar que sí. No se me pide que logre detener todas las guerras,
sólo que siembre un poco de amor a mi alrededor; no se me exige que calme la necesidad de
todos los hambrientos, tan sólo que destine una buena parte de mis ahorros a quienes los
necesiten; nadie me obliga a consolar a los millones de seres que necesitan apoyo, únicamente
se me pide que sea un poco de alivio para cuantos están cerca de mí. Nada más se me puede exigir,
y tampoco nada menos. Y con estas acciones conseguiremos hacer recapacitar a los que nos
contemplan y quizá cunda el ejemplo...
DLR
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