Mientras ellas iban, algunos de los guardias fueron a la ciudad a contar a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. Ellos se reunieron con las autoridades judías y acordaron dar a los soldados una buena cantidad de dinero, junto con esta orden: Los soldados recibieron el dinero y siguieron las instrucciones. De allí salió esta mentira que corrió entre los judíos y perdura hasta hoy.
DIOS TE BENDIGA MI APRECIADO AMIGO
SALUDOS CORDIALES
PAQUI