Cuando cometes un error…
Un conserje del Banco First Security en Boise, Idaho, en una ocasión, por accidente, puso en la basura una caja de ocho mil cheques que valían ochocientos cuarenta mil dólares. Esa noche, el operador del triturador de papeles con diligencia vació la caja de cheques en su máquina cortando así los cheques en pedacitos de papel de un cuarto de pulgada. Luego vacío los pedacitos en un latón de basura en las afueras del banco. A la mañana siguiente, cuando el supervisor se percató de lo que había pasado, quería llorar.
La mayoría de los cheques habían sido cambiados en el banco y estaban esperando ser enviados a la casa de cobro. Su pérdida representaba la pesadilla de un contador ya que la mayoría de los cheques estaban aún sin registrar y como resultado, los banqueros no podían saber quién pagó qué a quién.
¿Qué hizo el supervisor? Ordenó que los pedacitos de papel fueran reconstruidos. Entonces, cincuenta empleados trabajaron en dos turnos, seis horas al día dentro de seis habitaciones, cambiando, combinando, pegando los pedazos como si fuera un rompecabezas, hasta que los ocho mil cheques fueran reconstruidos.
Humpty Dumpty puede que se haya caído de la muralla. ¿Pero los hombres del rey acaso trataron de pegar sus pedazos?
¡Si cometes un error, trabaja en la solución!
Un error no se vuelve una falta hasta que rehúsas corregirlo.
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