Oh Madre Reina de nuestros corazones Virgen del Rosario,
Yo me consagro a tí en este día prometo ser instrumento de
definición del camino hacia tu amadísimo hijo, y pongo a tu servicio
todo mi cuerpo, mi energía, mi alma y en fin, todo cuanto poseo
para peregrinar hacia la plenitud viviendo en tus virtudes,
promulgando tu nombre como Madre del verdadero camino hacia el Padre.
Amén.