La belleza del ser radica en entender
que somos y existimos
de acuerdo a
los pensamientos y sentimientos puros que creamos y creemos.
Pensamientos puros: Los que cada uno de nosotros creamos y por lo mismo creemos.
Pensamientos impuros: Parten de un pensamiento puro de “alguien”, pero al adquirirlo “otro(s)” se va distorsionando ese sentido “puro”, porque se ha perdido la esencia del pensamiento y sentimiento del cual surgió.
De esta idea afirmo que nos confundimos con pensamientos y sentimientos impuros, que lo mejor sería decir secundarios, porque son externos, es decir, vienen de otros que quizá solo los adoptan de terceros y así sucesivamente n cantidad de veces…, es decir son creados y creídos por “alguien” distinto de éstos que los externan y los comparten, pero no los crearon y mucho menos los creen, solo los toman por que “se escuchan bien” aunque no comprendamos la esencia o el significado de los mismos.
Le belleza del ser es en sí la plena conciencia que se tiene de uno mismo de manera integral y con esto me refiero al PENSAMIENTO PURO, pues somos todo aquello que percibimos ser y que está dentro, es bien cierto que el CUERPO , es parte importante, no tanto en la forma de: “la forma física”, más bien como receptor sensorial de la belleza de otros seres, y vehículo de todos estos factores que son transmitibles y digeribles a partir de éste.
La belleza del ser va más allá, o mejor dicho, está más acá, es decir DENTRO, del cuerpo físico.
De la belleza del SER surge un ALMA igualmente bella, que tiene un principio, que es el encuentro de una afín “belleza del ser” en otro cuerpo, lo que me lleva a creer en las ALMAS GEMELAS, y creo firmemente que todos tenemos una.
Es importante aclarar que yo no digo que haya dos alma iguales, considero que las almas gemelas son totalmente distintas pero en esencia el propósito de éstas es el mismo, por lo tanto pueden estar juntas indefinidamente y complementarse en el descubrimiento del objetivo común.
La pregunta es ¿por qué no todos encontramos nuestra alma gemela?
Creo que hay varias razones:
La primera es que no creemos en el alma gemela.
Por lo mismo no nos interesa el tema. (Aunque si no te interesa, no sé por qué sigues leyendo, ¿estás seguro que no te interesa?)
La segunda opción es que Jamás comprendemos la belleza de nuestro ser.
Cuando descubrimos la belleza de nuestro ser, muchas veces nos desesperamos o mortificamos por el tiempo que tardamos en percibir esa otra alma, aveces no tenemos indicios de ella, es decir coincidencias… en otras ocasiones las tenemos y nos aferramos a ellas…, (Aquí haré una pausa)
Las almas gemelas se aman.
Las almas que no son gemelas, se enamoran.
… en otras ocasiones nos aferramos a ellas es decir nos enamoramos y dejamos de transmitir de manera íntegra LA BELLEZA DE NUESTRO SER , esas señales que puede percibir nuestra alma gemela, -jajajajajaja, no es tan complicado y tengo mucho tiempo.
Es aquí el punto de confusión y duda de la belleza de nuestro ser, y es que “se vale”, somos humanos imperfectos y perfectibles en alma…
Nos sucede a todos en muchas ocasiones que nos enamoramos y después de esa fase de idilio, descubrimos que la belleza del ser con el que estamos no es compatible en los objetivos con los de la nuestra… pero aún así nos aferramos, nos encaprichamos, y desperdiciamos tiempo…
En otras ocasiones percibimos a nuestra alma gemela en un cuerpo físico que no es de nuestro agrado “y también se vale” y eso imposibilita que exista ese encuentro… (¿o no te ha pasado que hay una amiga (o) del cual expresas “si fuera de esta forma” sería la mujer u hombre perfecto”?... –jajajaja, a todos nos ha pasado, ¿que no?), es decir nos volvemos seres enteramente físicos y solo creemos en lo externo.
También sucede que identificamos a kilómetros de aquí a nuestra alma gemela, por medios o sistemas que normalmente son fríos para todos los demás… la percibimos, la olemos, la sentimos… (aquí te acuerdas del amigo (a) por correspondencia, por e-mail, por teléfono, por chat, etc.)
AHORA PENSEMOS…
¡¡¡PIENSA!!!
... CONCLUYE.
No soy quien tiene las respuestas, soy mejor que eso, siembro la duda.
Recuerda que te quiere mucho...
Elizabeth Guadalupe Marín López..