"Antes de emprender cualquier cosa, el sabio comienza reflexionando, considera todos los elementos del trabajo a ejecutar, del problema a resolver; después, hace intervenir al amor, es decir el gusto, el interés por la tarea a realizar; finalmente, decide ponerse a trabajar para realizar su proyecto. Así pues, se puede decir que lo que ha concebido bien con el pensamiento, el sabio lo refuerza y lo vivifica mediante un sentimiento de amor, y finalmente lo realiza gracias a una voluntad inquebrantable. Y veamos ahora cómo lo hacen la mayoría de los humanos. Se lanzan bruscamente a la acción sin haber estudiado bien el proyecto, y evidentemente tropiezan con obstáculos, sufren, se lamentan y sólo después de haberse lamentado mucho terminan reflexionando sobre las causas de su fracaso. Pues bien, es un poco tarde, deberían haber comenzado con la reflexión.""