LLAMARÉ
Hasta que las puertas de tu ciudad fortificada con estatutos inviolables me acojan como habitante de la vida que en ti se desenvuelve igual que la lluvia de silencio sobre tu cabeza. Gradualmente me impregnaré de ti hasta que sea humo en tu voz luz en tus ojos y haga sobre mis hombros tu futuro. Cuando llegue el otoño te descubriré al rostro de los hombres para que en tus vasos alimenticios vengan a nutrirse de esperanza
A.D
SALUDOS DE TU AMIGA
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