"Cuando sentís una gran alegría, no os abandonéis a ella sin control. Al contrario, permaneced vigilantes, e incluso esperad que lleguen algunas contrariedades procedentes de los acontecimientos o de vuestro entorno. Sí, debéis esperarlos, porque si vivís despreocupada y descuidadamente, seréis atacados de improviso. Esta es una ley: dado que todo está unido, cuando se produce un movimiento en una región determinada, se desencadena un movimiento inverso automáticamente en otra región. Así pues, cuando os dan una buena noticia, por ejemplo, o lográis un éxito, permaneced vigilantes después, sabed que una corriente negativa se está preparando para atacaros y preparaos para defenderos. Si no estáis en guardia, dejaréis que os sorprendan y corréis el riesgo de perder todo lo que este momento de gracia os había aportado."