Hermosa niña que en mi desvarío es la amante ideal, la luz perfecta, única flor, cadencia predilecta que gozosa resuena dentro mío.
Mujer a la que amar en albedrío sobre mi alma por íntegro proyecta la luz de una pasión pluscuamperfecta tornándola vital, con nuevo brío.
Pero es a todas luces inasible, hermosa niña, sí, pero imposible, mujer que en vano siguen mis empeños.
Mas, qué interesa si no puedo amarla, qué importa si no puedo ni alcanzarla, ¡mientras esté cautiva entre mis sueños!
de la red
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