EL CONEJITO BURLÓN
Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso.
Siempre que veía algún animal del bosque se burlaba de él. Un día,
estaba sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una
ardilla: Hola señor conejo.
El conejo no respondió. Le miró, le sacó la lengua y salió
corriendo. ¡Qué maleducado!, pensó la ardilla. De camino a su
madriguera, se encontró con un cervatillo, que también quiso
saludarle: Buenos días señor conejo.
De nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo.
Así una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba
encontrando en su camino.
Un día todos los animales decidieron darle un buena lección y se
pusieron de acuerdo para que cuando alguno de ellos viera al conejo
no le saludara. Harían cómo si no le vieran. Y así ocurrió.
En los días siguientes todo el mundo ignoró al conejo. Nadie hablaba
con él ni le saludaba. Un día, organizando una fiesta todos los
animales del bosque, el conejo pudo escuchar el lugar donde se
iba a celebrar y pensó en ir, aunque no le hubiesen invitado.
Aquella tarde cuando todos los animales se divertían, apareció el conejo
en medio de la fiesta. Todo hicieron como si no le vieran. El conejo,
abrumado ante la falta de atención de sus compañeros, decidió
marcharse con las orejas bajas.
Los animales, dándoles pena del pobre conejo, decidieron irle abuscar
a su madriguera e invitarle a la fiesta. No sin antes hacerle prometer
que nunca más haría burla a ninguno de los animales del bosque.
El conejo, muy contento, prometió no burlarse nunca más de sus
amigos del bosque, y todos se divirtieron mucho en la fiesta y
vivieron muy felices para siempre.
FIN
D/R
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