¡José no sé lo que siento
por dentro y fuera de mí,
al palpar cercano el día
en que Jesús va a venir!
No sé si estas puras manos
podrán acercarlo a mí;
ni sé si ,cuando lo mire,
algo le podré decir.
No sabré cómo acunarlo
cuando se quiera dormir,
ni siquiera amamantarlo
cuando tenga hambre de mí.
Las horas se me hacen días
y lo días un sin fin
de confusos pensamientos
que no puedo concebir.
¡José no sé lo que siento
por dentro y fuera de mí!
¿Cómo será Dios y Hombre
cual anunció el Serafín?
Como Dios he de adorarle
y esclava me he de sentir.
Si es mi Dios, he de postrarme
y que Él mande sobre mí.
Como madre he de cuidarle
desde que nazca al morir.
He de acunarlo en mis brazos
como madre me hizo a mí.
Le regalaré los besos
que desde niña escondí.
Mas ¿ quién soy para enseñarle
a decir que no o que sí?
¡José, no sé lo que siento
por dentro y fuera de mí!
¿Cómo siendo un ser divino
humano se ha de sentir?
¡Si es mi Señor de los cielos
el que va a nacer de mí!
¡Si es el que cubrió los campos
de primaveras sin fin!
¡El que formó verdes mares,
el que al cielo hizo lucir
con el sol y las estrellas
y esa luna de marfil.!
¡El creador de los hombres
destinados a un festín,
creador de cuerpo y alma,
creador de mi vivir!
¡José, no sé lo que siento
por dentro y fuera de mí!
¡Mi vientre se regocija
porque lo siento existir!
Oremos juntos al cielo,
a Dios le quiero pedir
que me calme esta zozobra
para no inquietarme así .
Porque entenderlo sería,
lo cual no se ha de cumplir,
que humana sabiduría
con Él quiera competir.
Seré madre y seré esclava
para poderle servir
y creo, como aquel día,
lo que anunció el Serafín:
“Alégrate tú, María,
porque va a nacer de ti
un Niño que es Rey del cielo
y que en tierra va a morir:”
D/R