Si creemos en Jesús guardando y enseñando a cumplir sus mandatos, estaremos haciendo nuestro el mandato de Dios de creer en su Hijo Jesucristo respetando el tiempo, el orden y propósito al que fue enviado, y si no guardamos fidelidad a sus mandatos pretendiendo creer en Jesús de acuerdo a tradiciones religiosas, pensamientos y sabiduría de hombre lo más seguro es que estemos siguiendo tiempos que ya deberían haber pasado, e inconscientemente tal vez, no hemos querido entrar de lleno en los tiempos nuevos de la gracia del perdón de Dios para el hombre, porque todavía no hemos llegado a entender que, el maná que Dios otorgó a su pueblo a través de Moisés, fue alimento físico y material para satisfacer el hambre en el estómago, pero el Pan que en Jesús es, es Pan bajado del Cielo para dar vida nueva al mundo, es Pan celestial para alimentar el espíritu.
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