Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.
Enriquece a quienes la reciben sin empobrecer a quienes la dan.
No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella.
Nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo.
Una sonrisa da reposo al cansado y anima a los más deprimidos.
No se puede comprar, ni prestar ni robar pues es una cosa que no tiene valor, hasta el momento en que se da, y si alguna vez tropieza con alguien que no sabe dar una sonrisa, más sea generoso, dele la suya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como el que no pude dársela a los demás.
Anónimo
©Fondo by Aida Gabito Grupos Febrero 2010
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