MEDITACION DE NAVIDAD
Se cuenta la historia de una familia de alta sociedad, que
hace muchos años iba a celebrar una festividad en honor
al recién nacido de la casa. Esta se llevaría a cabo en la
gran sala de la enorme mansión. Muchos huéspedes habían
sido invitados para la ocasión y todos llegaron vestidos con
sus ropas más elegantes. A medida que se iban quitando los
abrigos, éstos eran llevados al piso superior para ser
colocados sobre una cama en uno de los dormitorios.
Pasada la conmoción de la llegada de los huéspedes y luego
de un largo rato de animada conversación, todo el mundo se
aprestó para la ceremonia en honor a la criatura. De pronto
alguien preguntó para sorpresa de todos: "¿Dónde está
el bebe?" La intitutriz corrió escaleras arriba, buscando
por todos lados y regresó con el rostro pintado de desesperación.
No podían encontrar al bebé por ningún sitio. La búsqueda
continuó durante unos minutos que parecieron eternos,
hasta que alguien recordó haber visto a la criatura acostada
sobre una de las camas. Y allí estaba todavía, bajo las
ropas de abrigo de los invitados. Era irónico. El mismo
objeto de la celebración había sido olvidado,
descuidado y por poco destruído.
La pregunta que nos hacemos muchos cristianos en estos
días navideños es: "¿Y ésto es la Navidad? ¿Dónde está
el Niño cuyo cumpleaño supuestamente celebramos el 25
de diciembre?" Compra de regalos y juguetes, parrandas,
exceso de comida y bebida, arbolitos de Navidad, ropa
nueva... ¿Es éste el propósito de la Navidad? Las decoraciones
son bonitas y la música navideña nos atrae, pero, ¿es eso la
Navidad? ¿Dónde está el Niño Jesús?
¿Dónde le hemos puesto?
Como en nuestra historia inicial, a veces también somos
culpables de olvidar la memoria del Santo Niño cuyo
nacimiento decimos celebrar. Hoy en día hay muchos
que no invitan a Cristo a su fiesta de Navidad. La
Navidad para ellos es sólo una fiesta cualquiera,
una oportunidad para derrochar, bailar y alborotar.
La Navidad debe ser una celebración alegre y llena de gozo.
La Navidad verdadera es una fiesta santa porque, según
el profeta Isaías, es un recuerdo sublime: "Porque un
Niño nos es nacido, Hijo nos es dado y el principado
sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz."
La Navidad para los cristianos es la del amor, la alegría,
la esperanza y la paz. Es la Navidad de la adoración a
Aquel cuyo cumpleaños celebramos:
el Señor Jesucristo.
- Autor Desconocido -
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