Bueno, pues un belén es lo que se monta en un rincón de casa cuando llega la Navidad, y representa la ciudad donde nació el Niño Jesús. Es como una maqueta. Suele tener ríos con agua que lo más seguro es que no sea agua, sino ese papel de plata con que cocinan nuestras madres. Tiene casas de corcho bastante viejas, árboles, musgo y sobre todo animales, muchos animales. Pero sobre todo tiene un portal, que es un pesebre pero le llaman portal. Allí está San José todo el tiempo de pie, la Virgen de rodillas y el Niño Jesús desnudo, con el frío que hace. Lo raro es que, llevando sus padres semejantes ropones, no se quiten algún mantón y se lo echen al bebé por encima. No sé si será para que se vaya acostumbrando. Hay también pastores, lavanderas y una estrella grandísima que se pone encima del portal y el milagro es que no se hunda todo, porque las estrellas pesan. Yo vi una vez un meteorito que cayó sobre un campo de centeno e hizo un agujero más grande que una plaza de toros. Conque una estrella que es por lo menos veinte veces más grande... Y luego, en cada sitio en donde hay un rebaño, los pastores hacen un fuego. Está prohibido hacer fuego en el monte, ¿no? Pues en todos los belenes, toma hogueras. Y un ángel colgando de un hilo o un alambre, anunciando que ha nacido el Niño Dios. Eso dice don Patricio, que es el cura viejo. Hay en la parroquia otro más joven que, por broma, pone una televisión pequeñita y una antena parabólica hecha con una horquilla del pelo y un tapón de Coca Cola, y dice que ahora las cosas se anuncian de otra manera. Don Patricio se cabrea, y el joven le dice que la iglesia ha de caminar con los tiempos. Lo que más me choca es que los animales no guardan una proporción; a veces un pollo tiene el mismo tamaño que un asno, y eso es porque los compran las madres sin mirar, sólo porque son más baratos. Hay también molinos, castillos del rey Herodes, a veces dos o tres, serán para veranear. Y mansiones más ricas, pero esas sólo están en los belenes de la iglesias que son más grandes. En la de D. Patricio no, porque es pobre. Y por un lado donde hay montañas de saco, se coloca a los tres Reyes Magos que, por lo general, siempre hay alguno roto o pegado con pegamín, que se nota porque le faltan cachos. Llevan pajes y camellos por lo general, aunque en algunas casas hay sólo Reyes, que son los que no pueden faltar. Los padres suelen preferir los borreguitos a los camellos y pajes porque por el mismo precio entran más y, además, cuando se les rompe alguna pata, que siempre pasa, se les apoya mejor que a los dromedarios, que siempre quedan torcidos. Algunos ponen un Papá Noel en el portal, pero no pega, es de otras religiones. Don Patricio no deja.
Yo no sé si hay algo más en los belenes, creo que no. Lo que pasa es que aún no ha llegado Año Nuevo y ya están todas las figuras desordenadas por los niños pequeños, y lo mismo te ves al niño en un estanque que a un pastor acostado en el pesebre. Yo no creo que eso sea pecado, porque total son de barro. Mucha, mucha devoción no da, pero es divertido, si no fuera porque luego se tiene que desmontar…, Y eso sí que es una lata
|