TE ESPERO
Te espero en la última hora de la tarde
con el deseo de dejarte destrenzar mis cabellos en el aire.
Y te quiero con mi último amor entretejido en la sombra del sauce.
Esta es la hora azul de mi ventana,
y aquella es la campana de mis tardes.
Todavía puedo cantar tu lejanía con la misma
ansiedad de aquellos días disueltos en la infancia.
Todos mis días fueron como murciélagos ciegos;
fueron como voces gritadas en el agua;
lo mismo que canciones no escuchadas.
Pero ahora, lejos de tu mirada, comprendo tanta luz que me cegaba.
Y en esta hora azul, la de mi llama renovada,
puedo decirte que te espero con aquella canción interminada.