Nocturno canto de amor
que ondulas en mis pesares,
como en los negros pinares
las notas del ruiseñor.
Blanco jasmín entre tules
y carnes blancas perdido,
por mi pasión circuído
de pensamientos azules.
Coloración singular
que mi tristeza iluminas,
como al desierto y las ruinas
la claridad estelar.
Nube que cruzas callada
la extensión indefinida,
dulcemente perseguida
por la luz de mi mirada.
Ideal deslumbrador
en el espíritu mío,
como el collar del rocío
con que despierta la flor.
Sumisa paloma fiel
dormida sobre mi pecho,
como si fuera en un lecho
de mirtos y de laurel.
Música, nube, ideal,
ave, estrella, blanca flor,
preludio, esbozo, fulgor
de otro mundo espiritual.
Aquí vengo, aquí me ves,
aquí me postro, aquí estoy,
como tu esclavo que soy,
abandonado a tus pies.
Pedro Bonifacio Palacios
SALUDOS DE TU AMIGA