En primer lugar, hay que dejar muy claro que además de los efectos sumamente negativos que provoca en la empresa una dirección basada en el miedo, el jefe no tiene ningún derecho a hacerlo.
Cuando se manipula a las personas con el miedo, no es un buen resultado el que se obtiene, porque esto conlleva muchas cosas que a la larga nos daran mas problemas, no hay como un ambiente de libertad, de verdad y de unidad, esto hara que todos hagamos lo que nos corresponde con diligencia y para bienestar de la empresa.
Como jefe, con el poder que el cargo le confiere estará facultado para dar órdenes, exigir su cumplimiento y sancionar si el empleado no cumple con sus obligaciones. Lo que el cargo no le da es el derecho de abusar de las personas, a presionarlas de manera injustificada, y a generar una tensión insoportable. En definitiva, a no tratarlas con el respeto que se merecen.
El «el empleo del miedo» permite a la empresa a veces, obtener muy buenos resultados en el corto plazo, pero esta situación no es sostenible en el tiempo. Una persona atemorizada puede hacer lo imposible por conseguir los objetivos marcados y evitar el castigo, pero le resultará imposible mantener este nivel de desempeño en el largo plazo: la tensión, el estrés, el temor, le irán mermando la efectividad y la productividad. Al cabo de un tiempo, nos encontraremos ante un empleado totalmente. Una persona paralizada no puede dar lo mejor de sí misma.
Si bien es cierto que el empleado atemorizado hará lo imposible por cumplir sus metas, también es cierto que se limitará a esto y a nada más. A un empleado aterrorizado jamás se le ocurrirá tener una actitud activa, creativa, de innovación y mucho menos aportar nuevas ideas; por lo que no le será útil a la empresa para alcanzar nuevos objetivos.
Si el director de la empresa aplica «el empleo del miedo» este se va trasmitiendo a los rangos inferiores, afectando a todos los niveles de la empresa. Se genera una atmósfera que favorece la intriga, los celos, odios, atropellos, enfrentamientos. Todo vale con tal de sobrevivir.
«El empleo del miedo» también puede llevar a ocultar problemas que se generan por temor una reacción del jefe. Muchas veces se pierde la lealtad. Estas empresas no son capaces de retener a los mejores empleados. Estos en general tienen la posibilidad cambiar de trabajo, con suma facilidad
Es llamativo ver lo expandido que este sistema está dentro de las empresas. Es que este método de gestión se muestra a veces muy efectivo en el corto plazo, ya que en el largo plazo generalmente es un fracaso para cualquier empresa.
Como revertir esta situación, tomando algunas reglas claves para lograr líderes empresariales exitosos.
Un buen líder, es un buen maestro:
Compartir conocimientos y experiencias, de una forma sencilla, clara y práctica, es la mejor manera de contribuir al buen desarrollo de los subalternos. En lugar de dar órdenes o tomar decisiones el buen líder trata de hacer participar al equipo sobre las ideas.
Un buen líder, es un buen constructor:
Decirles a los subordinados de manera oportuna, franca y constructiva, cuáles son sus fallas, dandole consejos y proponiendole es la mejor manera de contribuir a su progreso. También es importante reconocerle los aciertos y los logros.
Un buen líder, es solidario:
Asume los fracasos y los errores que pueda cometer su equipo, se solidariza con su gente, y con ellos la responsabilidad por los errores. Como tambien cuando se alcanzan las metas propuestas el buen líder cede el protagonismo a su equipo, así su rol personal haya sido particularmente destacado.
Un buen líder, toma decisiones delicadas:
En vez de aplazar o pasarles la responsabilidad a sus subordinados, el líder responsable toma las decisiones más importantes y hasta más antipaticas, pero tan necesarias que de no tomarse a tiempo pueden convertirse en graves problemas.
Un buen líder, es sereno y seguro:
Cuando cunde el pánico entre su gente, debe irradiar tranquilidad y confianza. Debe ser un faro que ilumina en medio de la tormenta. Cuando decae el ánimo, su energía y su ejemplo de perseverancia deben infundir optimismo y ganas de seguir adelante.
Deberíamos guardar estos consejos para lograr de ser buenos líderes, no solo como jefe de una empresa, ya que no todos llegaremos a ese cargo. A cada uno Dios nos pone en una función en la vida, como ser padre/madre, docente, profesional y porque no un empleado. Pudimos ver hace poco tiempo lo mineros chilenos atrapados. Fueron 33 los atrapados y a pesar de haber un capataz, cada uno se convirtió en un lider, teniendo la suficiente valentía de sostenerse uno con otro.
«Cuando las personas que te rodean vengan con necesidades a pedirte consejos o solamente para estar a tu lado, tratando de aprender de tus experiencias, seas quien seas, tengas lo que tengas, te aseguro que te habrás convertido en un lider. Por lo tanto alegrate, porque sin quererlo estarás formando lideres a otros »
D/R