Si quieren tener éxito, es necesario que se acostumbren primero a ser vivos, y sólo lo conseguiremos aprendiendo a amar; para ello también hay unos ejercicios que podemos hacer. ¿Cuáles? He aquí uno muy fácil. En un momento cuando nadie os vea, levantad vuestra mano enviando todo vuestro amor hacia la tierra y el cielo, hacia los Ángeles, hacia el Señor y decíd: «Os amo, os amo, quiero estar en armonía con vosotros.» Habituándoos así a proyectar hacia el espacio algo vibrante, intenso, os convertís en una fuente, como un sol.
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