Yo soy el buen pastor.
El buen pastor da su vida por las ovejas”. (Juan 10:11.)
Al principio fuimos hechos
hombre y mujer.
Dios vio que no era
bueno que el hombre
estuviera solo.
Esa era la condición
en la que Él mismo
había estado antes de que creara al hombre.
Sabiendo cuán lleno
había estado Su
propio corazón con el
anhelo de compartir
Su amor, Él creó una
compañera para Adán,
y Eva llegó a ser el
complemento perfecto.
De la misma manera en
que Dios quiso que el
hombre y la mujer
estuvieran juntos,
para tener comunión
y conversación entre sí, así quiere que nosotros estemos juntos con Él.
Al principio, antes de
que las decisiones
equivocadas del hombre arruinaran la profunda unión entre
Dios y nosotros,
Él caminaba y conversaba
con Adán y Eva en medio del jardín. (Génesis 2 y 3.)
Así es como Él quiere
acompañarte durante
toda tu vida. Día a día, año tras año, experimentarás una
revelación continua
de quién y cómo es Él.
De la misma manera
que Dios quiso que
el hombre y la mujer
estuvieran juntos,
para tener comunión
y conversación entre
sí, así quiere que nosotros
estemos juntos con Él.
Muchas veces en las
Escrituras el Señor
le revela a alguien
un nuevo aspecto de Su carácter al revelarse con un nuevo nombre.
Cuando Moisés se
encontró con Dios
en una zarza ardiente,
Dios le dijo a Moisés
que Su nombre era “YO SOY EL QUE SOY.” ( Éxodo 3:14.)
Este nombre de Dios reveló que Él es trascendente, eterno
y auto-suficiente. Dios revela otros aspectos de Su naturaleza con otros nombres como:
“El Señor proveerá”
“Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de El Señor
Proveerá, como se
dice hasta hoy: En el
monte del SEÑOR
se proveerá”.
(Génesis 22:14 LBLA)
Dios le mostró a
Abraham que sin duda Él proveería el sacrificio necesario
para pagar nuestros pecados.
El Señor es mi estandarte:
“Moisés edificó un altar y lo llamó «El SEÑOR es mi
estandarte»”.
(Éxodo 17:15) —
Dios le dijo a Moisés
que Él va delante de nosotros y pelea contra lo que se nos oponga.
Dios de mi salvación:
“Dios mío, Dios de mi
salvación, líbrame de
derramar sangre,
y mi lengua alabará tu
justicia”. (Salmos 51:14) El salmista aprendió que Dios nos preserva de la muerte y de la destrucción eterna.
Dios es mi refugio:
“Tú eres mi refugio;
tú me protegerás del
peligro …”. (Salmos 32:7)
David llegó a entender
que podía encontrar
seguridad y consuelo
en la misericordia del Señor.
Consejero admirable:
“Porque nos ha nacido
un niño…, y se le
darán estos nombres: Consejero admirable…”
(Isaías 9:6.) El profeta
se dio cuenta de que Dios escucha nuestros problemas,
comprende nuestras
heridas y tiene gran
sabiduría para resolver
nuestros conflictos.
Mi Salvador poderoso: “SEÑOR Soberano, mi salvador
poderoso que me
protege en el día
de la batalla”
(Salmos 140:7,)
El salmista comprendió
que no importa qué
dificultad nos atrape,
aún cuando sea el
resultado de nuestro
pecado, Dios en Su
misericordia nos librará.
Jesucristo reveló el corazón tierno y amoroso de Dios
cuando comparó
Su amor con el de
un pastor que defiende
a su rebaño del peligro.
Por eso, es que hoy
quiero comprender
que en este día Dios
me quiere acompañar.
Señor, gracias por estar a mi lado, siempre lo has
estado pero hoy
quiero comprenderlo
en mi alma y ser
tu buen compañero.
En el Nombre de Jesús. Amén.
|