Era una vez un señor que fue a una pelea de boxeadores y su asiento estaba al frente. Junto a él estaba un señor que a los dos jugadores los alentaba a ambos. Llegó un momento en que el otro señor se fastidió y le pregunta: ¿Por qué le hace festejos a los dos? Y este le responde: ¡Porque soy el único dentista en este pueblo!