Voy por el mundo en manos del viento
que cubre la tierra al universo
caminos de gozo lo que voy viendo
risas de niños también de viejos
felices risueños en los jardines
del entendimiento.
Tiembla el viento con gran fuerza
silba furia, ronca voz, se estremece
me estremezco
son los caminos del horror:
Guerras frías, guerras fuego
guerras sin cuento en rededor
en la maraña de estos caminos
se cruzan los senderos del desamor;
cuerpos rotos, caras demacradas
ojos abiertos con estupor
niños que revuelven en las basuras
rastrojos de las sobras del que ríe mejor.
Hombres peleles lloran su suerte
llenos de miseria, de rencor.
Mujeres infelices, plantas truncadas
desde su nacimiento
esperan de la vida rezando a Dios,
cambien los tiempos, cambien las mentes
de aquellos hermanos que todo lo tienen.
Mentes borrosas, cegadas, lujuriosas
temerosas como lobo con su presa
que no quiere compartir.
Siento en mi pecho honda pena
abrazo al mundo como viento que me lleva
quiero compartir , quiero arrebatar, quiero dar
¡ quiero ! lo que sola no puedo.
Grito desgarrado, grito aterrador
que retumbe en la tierra, en el cielo
unamos nuestras fuerzas, nuestros anhelos
acabemos con la miseria, la sinrazón
limpiemos los senderos misteriosos
que cubren nuestro mundo,
con palabras de amor, sin violencia
sin recelo, sin rencor
pidiendo humildemente por un mundo en armonía
donde todas las riquezas, como hijos de Dios,
aunque no equitativamente, se repartan mejor.
Sueño con todo ésto y si no fuera sueño, mucho mejor.
El sueño más soñado desde mi uso de razón
el que no sueño durmiendo
el que la vida me enseña
y el que va a peor.
Leonor Rodríguez Rodríguez.