Dicen que para vivir
hace falta una razón
y que sin el corazón
nadie puede subsistir.
Mas yo con mordaz dolor
fuerte, cáustico, abrasivo
sin mi corazón pervivo
sin una queja ni un grito
sólo el silencio infinito
que consume mi gemido.
Punzante como incisivo
es sufrir esta condena
pagando cara mi pena
que con sufrimiento vivo.
Esbozo humano que herido
con triste transformación
siento la separación
de los seres que he querido.
¿Dónde está mi corazón?
¿dónde es que lo abandoné?
ya mi pecho desgarré
y el corazón que he perdido
en Cuba quedó cautivo
cuando su tierra dejé.
Autora: Jenny Durán