CUANDO VIENEN LAS OLAS!!!
El pequeño pensó que nunca tendría su bote otra vez y
que el muchacho grande se estaba burlando de él, hasta que
se dió cuenta que en vez de tocar el bote, cada piedra iba un
poco mas allá de éste y originaba una pequeña ola que hacía
retroceder el barco hasta la orilla. Cada piedra estaba calculada. Por último, el juguete fue traído al
alcance del niño pequeño, quien quedó contento y agradecido
con la posesión de su pequeño tesoro.
A veces ocurren cosas en nuestra vida que perecen
desagradables, sin sentido ni plan; pero si esperamos
un poco nos daremos cuenta de que cada prueba, cada
tribulación, es como una piedra arrojada sobre las quietas
aguas de nuestra vida, que nos trae más cerca de la felicidad.
Desconozco su autor
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