Aquello que forma parte de uno mismo La autentica confianza sólo se alcanza a través de la sabiduría del corazón. Al penetrar en este espacio seguro, acudirá a ti todo aquello que te pertenezca porque has creado la capacidad interna para recibirlo. La ironía es que aquello que deseas recibir forma en realidad parte de ti mismo. Este puede ser un concepto difícil de asimilar, debido al apego del ego a ser separado y especial.
No hay en tu mente racional nada capaz de convencerte de que el agua se compone de dos partes de hidrógeno y una de oxígeno. Aparentemente no es más que un líquido que fluye y no tiene nada que ver con gases. Pero cuando analizamos el agua, se ponen de manifiesto sus elementos constituyentes. Y lo mismo sucede con la idea de estar en todas las cosas al mismo tiempo.
En nuestra experiencia cotidiana no hay nada que nos dé muchas razones para creer que nuestra mente tiene, como uno de sus elementos constituyentes, algo invisible que está en todas las cosas vivas. Sin embargo, cuando examinamos cuando examinamos nuestra fuerza vital y utilizamos la mecánica cuántica, descubrimos que esa energía no es, de hecho, una partícula, sino una onda que es la misma en toda forma de vida.
Confiarás en la energía universal cuando aceptes este hecho “irracional”: no sólo eres digno de confianza, sino que formas parte de la misma fuerza vital que existe en todas partes. Si crees esto realmente, te darás cuenta de que todo lo que falta en tu vida forma parte de la misma energía que hay en ti. La manifestación se convierte entonces en el arte de atraer aquello que ya forma parte de uno mismo.
En cierto sentido, es como pensar que las cosas que deseas estás sobre una cuerda infinitamente larga, a pesar de lo cual están unidas a ti de alguna forma invisible . Sólo es una cuestión de confianza el atraer es cuerda hacia ti, y todo aquello que debe llegar a tu vida estará ahí una vez que hayas desarrollado la capacidad para recibirlo. Pero no podrás recibirlo, ni acercarte remotamente si no estás plenamente convencido de que eres una extensión de Dios.
Wayne Dyer
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